Debido a que la paleta es más pequeña y tiene menos grasa, su proceso de curación puede ser más corto que el del jamón en algunos casos, al igual que ocurre con los diferentes tipos de jamón.
El proceso de curación de ambos ibéricos comienza con la salazón, que consiste en sumergir la pieza en sal gruesa para eliminar la humedad. Normalmente, el jamón se sala durante más tiempo porque su tamaño y cantidad de grasa es mayor. Después de unos días, se lava la pieza y se deja secar al aire durante varias semanas. Luego se cuelga en un lugar fresco y seco para curarse durante un período que varía entre 14 y 36 meses, en el caso de los jamones y paletas de Jamones y Embutidos HPM.
Durante este tiempo, ambos productos desarrollan su sabor y aroma únicos y pierden una cantidad significativa de agua.