La cata de jamón ibérico es una experiencia deliciosa y fascinante que te permite apreciar y disfrutar de los diferentes matices y sabores de este exquisito producto procedente del cerdo. A través de los sentidos, podremos determinar cuáles son sus diferentes cualidades. ¿Quieres saber qué factores influyen en una cata de jamón? ¡Sigue leyendo!
En este post te contamos…
- Presentación del jamón ibérico
- ¿Cómo elegir el jamón correcto?
- ¿Cuál es la mejor forma de cortar jamón en una cata?
- Textura del jamón ibérico
- El aroma del jamón ibérico
- El sabor del jamón ibérico
Presentación del jamón ibérico
La forma de presentar el jamón en una cata es muy importante, pues es la forma por la cual entra por los ojos.
Siempre se suelen utilizar platos unicolores, preferiblemente tonos claro para que así llame la atención y el color del jamón sea el protagonista.
Nunca se deben juntar distintos tipos de jamón en un mismo plato, ya que cada uno tiene su sabor propio.
¿Cómo elegir el jamón correcto?
En lo primero que nos tenemos que fijar es que este tenga un aspecto estilizado y alargado con una caña fina.
En segundo lugar, hay que fijarse en el desgaste de la pezuña, ahí se ve si el animal ha sido criado en la dehesa durante el tiempo de montanera.
Para que el jamón sea perfecto para una cata, analizaremos el color interior. Este debe tener un color rojo intenso y la grasa dorada.
¿Cuál es la mejor forma de cortar jamón en una cata?
Es recomendable cortar el jamón de manera que todas las lonchas tengan el tamaño perfecto y la parte de grasa proporcional.
La mejor forma de degustarlo es en lonchas muy finas y siempre catarlas cuando han sido cortadas a cuchillo recientemente.
Textura del jamón ibérico
La textura del jamón ibérico es uno de los aspectos clave para evaluar su calidad. Una buena pieza de jamón ibérico debe tener una textura suave, jugosa y delicada, entre otros aspectos.
- El jamón ibérico de calidad debe tener firmeza al tacto, la carne debe sentirse firme pero flexible, sin presentar excesiva rigidez ni dureza.
- La jugosidad es un indicador de la calidad del jamón. Un buen jamón ibérico debe ser jugoso, lo que contribuye a una experiencia agradable y sabrosa.
- El jamón ibérico de bellota, en particular, se caracteriza por su veteado de grasa infiltrada en la carne. La grasa infiltrada aporta jugosidad y untuosidad, lo que resulta en una textura suave y delicada.
- El jamón ibérico presenta una textura fibrosa debido a su curación lenta y prolongada. La carne debe deshacerse en capas finas y suaves mientras se mastica, sin ser excesivamente fibrosa ni correosa.
- Un jamón ibérico de calidad suprema, cuando se degusta, debe «derretirse» en la boca. La combinación de suavidad, jugosidad y un adecuado contenido de grasa hace que la experiencia sea exquisita y placentera.
Cuanta más jugosidad tiene, mejor es la calidad de la pieza.
El aroma del jamón ibérico
El aroma del jamón ibérico es una de las características más distintivas y apreciadas de este producto. Puede variar dependiendo de varios factores, como la alimentación del cerdo, el tipo de curación y el tiempo de maduración.
- Un buen jamón ibérico tendrá un aroma intenso y pronunciado. Al acercarlo a la nariz, podrás percibir claramente sus notas aromáticas.
- El jamón ibérico de bellota proveniente de cerdos alimentados con bellotas en montanera, suele tener notas aromáticas, dulces y almendradas. Estos aromas se deben a la alimentación de los cerdos y se aprecian en forma de un sutil perfume dulce.
Es importante mencionar que el aroma del jamón ibérico puede variar de un productor a otro, y cada pieza puede tener sus propias particularidades. Al realizar una cata, es recomendable prestar atención a los diferentes matices aromáticos y disfrutar de la complejidad y riqueza olfativa que ofrece la pieza ibérica.
El sabor del jamón ibérico
El último lugar, se prueba el jamón. El sabor tiene que ser delicado, con un equilibrio perfecto entre dulce y salado. El sabor dulce viene de la grasa que tiene infiltrada la pieza, mientras que el sabor salado se debe a la que se ha utilizado durante el proceso de curación.
- El jamón ibérico de bellota, proveniente de cerdos alimentados con una dieta rica en bellotas, suele presentar una dulzura delicada y agradable.
- El jamón ibérico se caracteriza por su sabor profundo e intenso. Al probarlo, sentirás una explosión de sabores en el paladar, con una presencia marcada y persistente.
- El jamón ibérico tiene un contenido de sal equilibrado que realza sus sabores. Al catarlo, notarás una presencia de sal que se combina armoniosamente con los demás sabores, sin resultar abrumadora.
- Un buen jamón ibérico debe dejar una sensación duradera en el paladar, conocida como «retrogusto». Esta persistencia en el sabor es indicativa de la calidad y la complejidad del jamón.
El jamón ibérico es uno de los productos que contienen el sabor UMAMI de manera natural. Se trata de ese «quinto sabor» capaz de aumentar la salivación y provocar una sensación de estar comiendo algo delicioso y, es que, literalmente significa «sabor sabroso».
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