España es la cuna del buen jamón ibérico, lo que nos permite presumir de productos que sólo pueden proceder de cerdos ibéricos originarios de nuestra península, y que sólo encontraremos en España y Portugal.
También podemos encontrar jamones de cerdo de capa blanca, una raza de cerdo criada en semi-libertad y alimentado a base de cereales. Que gracias a sus condiciones de alimentación y crianza generan un jugoso jamón de excelente calidad.
¿Quieres conocer sus principales diferencias? ¡Sigue leyendo!
¿Cuál es el cerdo blanco?
El cerdo de capa blanca tiene una piel mucho más clara que el cerdo ibérico, con tonos rosados. Su alimentación consiste principalmente en cereales.
Al criarse en un espacio más reducido, sus patas suelen ser más cortas y la pezuña no está tan desgastada como en el caso del cerdo ibérico.
Entre los productos que elaboramos del cerdo de capa blanca tenemos el jamón blanco reserva, un jugoso jamón procedente de cerdos criados en semi-libertad y alimentados a base de cereales.
¿Cómo saber si un cerdo es ibérico?
El cerdo ibérico tiene una piel mucho más oscura y curtida, es un animal más rústico y duro, ya que está acostumbrado a vivir al aire libre en las dehesas. Su alimentación se centra en pasto y bellotas durante la época de montanera.
El desarrollo en la dehesa le permite tener una figura más estilizada, gracias al ejercicio físico que realiza. Sus patas son más largas y finas, pues al ser criados en libertad, esta morfología les permite alcanzar mejor el alimento.
Tradicionalmente, el color de la pezuña también era un distintivo del cerdo ibérico, sin embargo, con el paso de los años esta característica no es determinante a la hora de diferenciar la pureza del animal, ya que, actualmente, otras razas también pueden tener sus extremidades de color negro. Es por eso, que sólo se puede denominar como “jamón de pata negra” aquel que proviene de cerdos que son 100% raza ibérica.
Entre los productos ibéricos que elaboramos de cerdo de raza 100% ibérica tenemos el jamón de bellota 100% ibérico, una pieza con una infiltración que le genera un sabor jugoso y único.
6 diferencias entre el cerdo ibérico y el cerdo blanco
Vamos a conocer 6 características de estos animales que serán las que los diferencien y definan las cualidades organolépticas de sus productos.
- La genética: a pesar de pertenecer a la misma especie, sus diferencias genéticas los clasifican en diferentes razas.
- El tiempo de vida: el cerdo ibérico crece más despacio y tarda más tiempo en alcanzar su peso óptimo, por ley, para poder ser sacrificado.
- El estilo de vida y la alimentación: los cerdos 100% ibéricos se crían en extensivo y se alimentan de bellotas y recursos del campo, por su parte, el cerdo blanco es alimentado a base de cereales.
- La piel: el cerdo ibérico está a costumbrado a vivir en libertad, su piel es más oscura y está adaptada al sol y a las condiciones meteorológicas.
- La forma de la pata: la forma de la pata del cerdo ibérico es más alta y estilizada, lo que le permite ser más ágil en la dehesa.
- La infiltración de la grasa: el cerdo ibérico tiene una mayor capacidad para infiltrar grasa intramuscular, lo que produce que su carne sea sabrosa y jugosa.
Ahora que ya conoces sus principales diferencias, en nuestra tienda online podrás disfrutar de una gran variedad de productos ibéricos procedentes de cerdo ibéricos de nuestra propia producción.
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